jueves, 18 de abril de 2019

Entre el cielo y la tierra: las nubes


A veces las nubes son bajas como los cumulonimbus o los cumulus (nubes densas y potentes, con una dimensión vertical considerable), en otras altas como los cirrus (nubes separadas en forma de filamentos blancos y delicados, que pintan el cielo con sus formas mágicas). Algunas veces las nubes vienen cargadas de agua líquida en suspensión y en otras ocasiones nos traen la piedra.


Nubes cirrus

Nubes cumulonimbus
Pero no estamos aquí trabajando sobre las nubes desde el punto de vista de la meteorología, sino que nuestro objetivo es analizar las teorías de la enseñanza y formar nubes de palabras en el curso de Diseño de Ambientes Digitales Educativos.

Y pese a las nubes o a los nubarrones que pueden aparecer en el horizonte, mucho se ha avanzado en las teorías del aprendizaje a través del tiempo. Señalaremos sólo las cuatro corrientes más importantes, que son el conductismo, el cognitivismo, el constructivismo y el conectivismo.

El conductismo

El conductismo se originó a principios del año 1900 y fue la principal corriente de pensamiento en la enseñanza. La idea básica es que el aprendizaje consiste en estudiar las conductas y comportamientos de las personas debido a estímulos, respuesta y refuerzo que finaliza con el aprendizaje. John Broadus Watson propuso esta teoría y se basó en las relaciones que se forman entre los estímulos y las respuestas que luego dan origen a nuevas conductas y comportamientos, tanto en humanos como animales. Watson pensaba que el análisis de la conducta y las relaciones era el único método objetivo para conseguir la penetración en las acciones humanas y extrapolar el método propio de las ciencias Naturales a la Psicología.[1]

Él se basó en los estudios de Iván Petrovich Pavlov que estudiaba el condicionamiento clásico de estímulo-respuesta o aprendizaje por asociaciones, principalmente en los animales.

Posteriormente, Burrhus Frederic Skinner, lo perfeccionó los estudios anteriores. Los seres humanos realizamos siempre todo tipo de acciones y éstas tienen consecuencias para él mismo, que se dan en forma de estímulos y es la forma básica de aprendizaje. “Pero que los mecanismos del condicionamiento operante fuesen básicamente los mismos en muchos tipos de organismos no significa que los contenidos sobre los que se producen fuesen a ser iguales independientemente de si somos un ratón o un ser humano. Los miembros de nuestra especie tenemos la capacidad de crear conceptos abstractos y generar memoria autobiográfica, pero para Skinner la aparición de estas formas refinadas de pensamiento eran la punta de la pirámide de un proceso que empezaba aprendiendo de nuestros aciertos y de nuestros errores en tiempo real.”[2]

Para esta corriente de pensamiento se pone el foco en qué aprende el alumno y tener el control de su conducta. El alumno al inicio es un ente vacío (tabula rasa), no aporta nada al proceso. Luego hay que llenar al alumno de contenidos y destrezas que le permitirán alcanzar (a través de actividades repetitivas y modelaje) unos objetivos observables y que se podrán medir. Sólo así se sabrá si ha adquirido ciertas habilidades y conocimientos. Lo importante es el conocimiento que se le imparte, y no se toman en cuenta sus características, motivaciones e intereses.

Cognitivismo

Aparece esta corriente de pensamiento a mediados del siglo XX y varios investigadores han ido aportando sus conocimientos para perfeccionar esta corriente.

Jerome Bruner se opuso totalmente al conductivismo, entendió que el aprendizaje es un proceso en el que el alumno que aprende tiene un papel muy activo, y que el aprendizaje tiene una motivación muy propia en la curiosidad y en todo aquello que le genera un interés. Se preocupó por el rol del contexto social y que el aprendizaje no se realiza sólo, sin ayuda de nadie, sino con la ayuda de otros sean docentes, padres o pares.

Robert Mills Gagné que elaboró un esquema de las fases en el proceso de aprendizaje que tiene en cuenta las condiciones propias del ser humano en el proceso, como son la motivación, la comprensión, la adquisición, la retención y el recuerdo; pero, también unido a las condiciones externas que son las que ejerce el medio sobre el sujeto para poder aprovechar un aprendizaje óptimo.

Frederic Charles Barlett se refiere a la memoria como construcción, rechazando el tradicional concepto de memoria como depósito. Lo que implica que la memoria clasifica y reorganiza la información, sostenía que el pensamiento como el recuerdo, son procesos que se pueden reconstruir. A medida que se amplía la experiencia, se modifican los esquemas y, por tanto, la manera en que la memoria reconstruye dicha información y la procesa para nuevos avances. A este fenómeno de la memoria, Piaget, lo denominó asimilación y acomodación.

Esta teoría proporcionó aportaciones al estudio del proceso de enseñanza y aprendizaje, poniendo énfasis en la atención, la memoria, el razonamiento. De allí que sea importante averiguar cómo se desarrolla el proceso cognitivo en la persona, piensa, soluciona problemas, utiliza el lenguaje, procesa la información, forma conceptos, toma de decisiones. En todas estas acciones hay una conducta observable.

El alumno se convierte en un agente activo, no pasivo como en el caso del conductismo, y que a través de su propio aprendizaje va adquiriendo mayor grado de responsabilidad dentro de ese proceso. El docente aporta su experiencia y presta apoyo y orienta al alumno cuando lo necesita para facilitar el aprendizaje. Quienes siguen estas aportaciones se valen de métodos cuantitativos y científicos para comprender las funciones de la mente y crear modelos que muestren y expliquen cómo se produce el procesamiento de la información.

Constructivismo

En esta corriente psicológica del pensamiento se da un nuevo avance. Se parte de los postulados de Jean Piaget y perfeccionados por Lev Vygotski, que afirma que el desarrollo intelectual sólo puede ser explicado desde el punto de vista de la interacción social. El conocimiento no es una copia de la realidad, sino una construcción del ser humano que se realiza con los esquemas que la persona ya posee (conocimientos previos). Todo aprendizaje supone una construcción que se realiza a través de un proceso mental que conduce a la adquisición de un conocimiento nuevo.

David Ausubel puso su énfasis principal en elaborar la enseñanza a partir de los conocimientos que tenía el alumno, por lo que hay que saber qué conoce el estudiante para así saber su forma de pensar y actuar en consecuencia. La enseñanza s un proceso para ayudar al estudiante a que siga aumentando y perfeccionando lo que ya tiene, e allí el aprendizaje significativo.

Jean Piaget desarrolló su teoría de la naturaleza del conocimiento. Puso énfasis en sus estudios en las distintas etapas que median entre el nacimiento y la adolescencia (la sensorio-motor, la pre operacional, las operaciones concretas y las operaciones formales). Aclaró para cada una de estas etapas las funciones propias del ser humano. Su teoría del desarrollo intelectual se centra en la percepción, adaptación y manipulación del entorno que le rodea. 

El modelo constructivista está centrado en la persona y la construcción se produce de varias formas: cuando el sujeto interactúa con el objeto del conocimiento (que es lo que aporta Piaget), cuando la construcción se produce en interacción con otros (las aportaciones de Vygotski) y cuando es significativo para el sujeto (que es la postura de Ausubel).

El docente es un moderador, facilitador, participante más en el proceso. El profesor debe conocer los intereses de los alumnos y sus diferencias individuales, conocer los estímulos de los contextos en que viven, contextualizar las actividades. Se favorece el aprendizaje cooperativo y los alumnos deben ser respetados en su ritmo de trabajar con independencia, promover el trabajo grupal para que se sientan más motivados, mejorando su comunicación e interacción.

Conectivismo

El conectivismo, definido por George Siemens y por Stephen Downes, nace como una teoría complementaria al conductismo, cognitivismo y constructivismo para definir cómo aprendemos en la era digital. Esta corriente integra los principios de las teorías del caos, las redes, la complejidad y la auto organización. El aprendizaje es un proceso que sucede en ambientes cambiantes que no pueden ser controlados por el alumno. El alumno deberá discernir entre la información importante y aquella que no le resulta vital, así como percibir que la nueva información altera el entorno basado en decisiones anteriores.

La conexión entre las personas presenta nuevas formas de entender el aprendizaje. El tutor define los conocimientos y habilidades a adquirir y diseña una red de aprendizaje que le permitirá́ al alumnado la conexión con otras personas, entidades, organizaciones y comunidades de aprendizaje a través de las que conseguir información que le lleve a alcanzar los objetivos marcados.

De este modo, el proceso de enseñanza y aprendizaje se sale de cualquier límite que pueda establecer un aula física o virtual, extendiéndose a todo lo que pueda ofrecer internet.

Entiende que el aprendizaje informal tiene gran peso, con lo que la educación formal ya no es la única forma de aprender; se da en cualquier momento y lugar; y se sustenta en el aporte de opiniones, informaciones provenientes del conocimiento personal de una red formada por comunidades de prácticas, redes personales, contactos de trabajo, medios sociales.

En este nuevo escenario es importante que el alumnado quiera aprender y lo haga estableciendo conexiones y decidiendo qué quiere aprender y qué no.

El aprendizaje es un proceso auto organizado, requiere que los sistemas de aprendizaje tanto a nivel personal como a nivel organizacional estén abiertos a la información y sean capaces de clasificar su propia interacción en el medio ambiente. Consecuentemente, los sistemas deben ser aptos y flexibles para el cambio. La auto organización a nivel personal es un micro proceso en un más amplio constructo de conocimiento auto organizado, creado al interior de corporaciones o ambientes institucionales (Siemens, 2004).[3]

Conclusiones

Se trató de identificar qué elementos de conocimiento intervienen en la enseñanza y cuáles son las condiciones bajo las que es posible el aprendizaje tratando de modernizarlo; para asimilar y emplearlo inteligentemente mediante los programas que se relacionan con lo que cada día se realiza en la tarea docente y analizar los estímulos para que el alumno aprenda.

Todo aprendizaje tiene una finalidad, hoy día se pone el énfasis en saber, saber hacer y saber ser, tres saberes que viven permanente en la acción educativa. El saber es la parte cognitiva, los conocimientos que el alumno adquiere en toda su formación. El saber hacer es la parte práctica, lo que el alumno realiza una vez que ha logrado el saber. El saber ser está relacionada con las emociones, es la parte relacionada con el desarrollo humano que el alumno logra durante su formación. Se aprende algo, o para un fin práctico inmediato, o para completar nuestros demás conocimientos.

El estudio es un medio que ayuda a estructurar la personalidad, al desarrollo de valores y destrezas.  El estudio no es algo tedioso, desagradable. Quienes estamos en la educación universitaria muchas veces nos preocupamos por el bajo rendimiento académico de los alumnos y cuáles son las causas que lo motivan. 

Muchas veces está relacionado con la falta de principios, métodos o procedimientos para estudiar, la desmotivación con el estudio y la frustración personal o profesional. 

Pero también tiene que ver en los docentes, qué es lo que hacemos para que el alumno trabaje con responsabilidad, interés, organización y un método de estudio. El estudiar no es una carga, es crearle a quien estudia una actitud activa, asumir protagonismo, superar la tendencia a la comodidad. Debemos como docentes ayudar a que el alumno se sienta feliz de lograr resultados. Para ello están estas distintas teorías del aprendizaje, que son necesarias y casi siempre van todas de la mano para lograr el buen resultado.

Estas teorías también nos ayudarán a definir el diseño instruccional de nuestros espacios educativos.

Después de hacer el análisis de las distintas teorías, se trató de formular una nube de palabras para cada una de las teorías del aprendizaje, con las palabras más significativas de cada una de ellas. El resultado se muestra a continuación.






[3] Gutiérrez Campos, Luis, Conectivismo como teoría de aprendizaje: conceptos, ideas, y posibles limitaciones, pág. 4.



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